FORMACIÓN DEL CUERPO CAUSAL
- Shanti Reiki
- 7 mar 2018
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FORMACIÓN DEL CUERPO CAUSAL

“El CUERPO CAUSAL de las Chispas Espirituales que recién nacen del Corazón de Dios es BLANCO PURO. Muchos de los Seres Individualizados de Fuego Blanco y muchas de las Presencia “I AM” (Yo Soy) nunca abandonan la PRIMERA ESFERA, SIENDO ESTOS los Santos Inocentes cuya Aura es como Fuego Blanco. Ellos encarnan las Ideas Divinas del Universal, y están dispuestas a servir a la Vida proyectando esas Ideas hacia abajo (pero, en Sí mismos, no eligen siquiera conocer la Gloria del Segundo Ámbito). Estos Individuos renuncian al derecho de, en alguna era futura, convertirse en Soles y Creadores, prefiriendo vivir en santa inocencia y en feliz condición.
Los Espíritus más valientes se aventuran fuera de la Primera Esfera y forman la Llama Azul de la FE en Sus Sub-razas. Aquellos que son Espíritus Guardianes han pasado también a través de un periodo similar de experimentación en las Siete Esferas de algún otro Planeta, Estrella o Sol. De otra manera, no habría en dicha corriente de vida la suficiente energía para garantizar la Vida terrena. Ustedes podrán ver que aún los primeros que encarnaron en la Tierra, aún las almas inocentes, cuentan con un entrenamiento formidable en los Niveles Internos.
La Esfera que ejerció la mayor atracción sobre una Chispa Espiritual individual (que es la esfera en la que decidió permanecer más tiempo) se convirtió en la radiación mayor de dicha corriente de vida, así como la que produce la banda de color más predominante en el Cuerpo Causal. Así fue que cada Chispa Espiritual se convirtió, a través de ELECCION VOLUNTARIA, en miembro de uno de los Siete Rayos. Fue meramente una dedicación voluntaria a Su Vida. Nadie decretó un edicto como que: “Tú eres un hombre del Primer rayo”… o del Segundo…o del Tercero. Cada Espíritu individual realizó su elección de acuerdo a las insinuaciones de su Propia Llama Divina, y esta elección voluntaria determinó bajo que Rayo se desarrollaría eventualmente la corriente de vida. Sólo aquellos Espíritus que han pasado a través de las Siete esferas y que han añadido a su Cuerpo Causal las Siete bandas de color calificaron para encarnar en el Planeta Tierra.
Mientras que esto pasaba, los Elohim completaban la creación del planeta Tierra, al enfocar sobre Ella un bello Loto de Fuego compuesto por Sus Siete Rayos, el cual, como una joya brillante adornando la Tierra, fue la señal a Helios y Vesta y a la Ley Cósmica que la Tierra ya se encontraba lista para ser habitada.
En ese mismo instante, el Manú convocó ante Sí a todos los Espíritus que habían pasado a través de las Siete Esferas, y eligió un cierto número de acuerdo a los ímpetus de energía representadas por las bandas de color en los Cuerpos Causales. Seleccionó uno de cada tres para que encarnaran inmediatamente, dejando atrás al resto esperando una oportunidad futura. Los espíritus en cuyos Cuerpos Causales predominaba el color azul (que denotaba que eran miembros del Primer Rayo) fueron los primeros elegidos para encarnar. De esta manera, la Primera Raza Raíz fue establecida sobre el Planeta Tierra.
Una petición, entonces fue proyectada a las otras Estrellas y Planetas de nuestro sistema, convocando ayudantes voluntarios que actuarían como Espíritus Guardianes de los Inocentes que iban a disfrutar la evolución sobre la Tierra. Los Espíritus Guardianes son corrientes de vida de conciencia más madura, quienes han pasado exitosamente a través de un proceso de evolución espiritual similar en sus Estrellas y Planetas (y, a veces, aún en otros Sistemas).
Ellos vinieron desde Venus y desde varios otros Soles de esta Galaxia, Hermosos Seres que se unieron al Manú diciendo que ellos estarían dispuestos a ir junto con los Inocentes llevando los ímpetus determinados que Ellos poseían, los cuales asistirían a esta nueva raza. Ahora todo estaba listo. La petición para comenzar el descenso sobre el Planeta Tierra salió de los Amados Helios y Vesta. La gran Séptima Esfera se abrió y se dio inicio al descenso de los Santos Inocentes en una procesión ordenada. Fue así que aparecieron el Manú de la Primera Raza raíz y sus siete Sub-razas, junto con sus discípulos.
La Tierra había sido bellamente creada por los Siete Elohim y, desde su centro (de la Tierra), el Sol de Presión Equilibrada (conocido como el Dios Pelleur) emitía una radiación que se veía como una suave incandescencia bajo la Tierra, la hierba, las flores y los mares. Las flores eran como llamas y no había marchitamiento alguno: al final de su estación de expresión, cada manifestación sencillamente desaparecía.
La Amada Amarilis, Diosa de la Primavera, los Amados Virgo y Neptuno, Aries y todos los Seres de la Naturaleza habían creado una Tierra tan magnífica, que cuando la humanidad encarnó por primera vez sobre ella, casi no había diferencia entre la Tierra (en su estado Virginal Puro) y los bellos Cielos (Esferas).
Fuente: Los Maestros Ascendidos escriben el Libro de la Vida
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